Cristina y los acuerdos

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En su intervención del pasado viernes en la Universidad Nacional de Rio Negro donde le hicieron entrega del honoris causa, la vicepresidenta planteó y desafió al conjunto de la política argentina con algunos ejes de acuerdo programático de mediano y largo plazo. Cristina los plantea como acuerdos básicos de un reformulamiento de la democracia argentina

Rediscutir el acuerdo con el FMI en la Argentina bimonetaria

Entre las cuestiones más inmediatas, Cristina convoca a rediscutir el acuerdo con el FMI, al que califica de inflacionario y cuyas curvas de vencimientos futuros son directamente impagables. Volvió a insistir con que esa es una cuestión central a debatir, porque pone en riesgo cualquier posibilidad de desarrollo de nuestro país. Argentina – sostuvo – necesita dólares para hacer frente a sus importaciones, pero también para innovación tecnológica, que genera empleo de calidad y bien remunerado. “La Argentina necesita urgentemente innovación tecnológica para sus exportaciones porque se han reprimarizado las exportaciones en la República Argentina durante los últimos años. ¡Se han reprimarizado!”

CFK volvió sobre su diagnóstico respecto de la economía argentina a la que describe como bimonetaria. La vicepresidenta ubica el golpe del ’76 en general y puntualmente la ley de entidades financieras de Martinez de Hoz como el quiebre del modelo económico industrialista por sustitución de importaciones, que había instalado el peronismo pero que se había dado “incipiente” con Yrigoyen. Además a instancias de Domingo Cavallo tiene lugar la estatización de la deuda de los grandes grupos concentrados de la dictadura en el año 82, “que todavía seguimos pagando los argentinos y las argentinas en general”.

Esa reforma introdujo una “modificación del patrón de acumulación en nuestra sociedad y también en nuestras elites dirigenciales, empresariales y económicas. Un modelo que podíamos denominar de capital financiero fundamentalmente”. Es decir que la valorización dejaba de venir de la producción y el trabajo para pasar a focalizarse en la especulación de capital y en la formación de activos en el extranjero.
A partir de entonces, “el dólar pasa a ser el patrón de conducta”. Cuestión que se fue consolidando y permeando a toda a sociedad con sucesivas devaluaciones (hiperinflación del 89, crisis de los 90, 2001).

En ese sentido, una de las propuestas actuales que Cristina cuestionó fuertemente es la dolarización de la economía argentina, que sostienen varios economistas de la derecha liberal. “Una parte importante de la sociedad cree que la dolarización va a ser algo así como la convertibilidad, donde nos habían convencido que 1 peso valía 1 dólar. No, no es así, el valor de una moneda no lo da ninguna ley, el valor de una moneda lo da el tamaño de la economía del país que emite esa moneda y si además que es la primera economía del mundo, tiene un par de portaaviones, entendemos por qué el dólar es el patrón de conducta”.

Ordenamiento institucional; insatisfacción democrática

Retomando algunas de las definiciones que había tenido al respecto en su exposición en Chaco, hace casi un año, Cristina volvió sobre la idea de la “insatisfacción democrática”. “Hoy no estamos ante un Estado democrático constitucional” definió e hizo una detallada descripción del funcionamiento errático y anticuado del sistema de división de poderes.

“Estamos queriendo gestionar desde el Estado a una sociedad que tiene internet y que tienen los celulares y que ha modificado absolutamente todo con una forma de organización estatal, jurídica y política que data de la revolución francesa. O sea: Poder Legislativo, Poder Ejecutivo, Poder Judicial es un modelo de la revolución francesa, Montesquieu y que bueno, que estábamos queriendo gestionar el Estado con un modelo de una época donde las muelas se sacaban, se ataban con un hilo y después con una puerta y bueno, te sacaban la muela”.

CFK hablo de “carencia de instrumentos y de acciones que pudieran conducir a que el Estado diera satisfacción, diera respuesta a las múltiples demandas que enfrenta”. Si bien Cristina no lo dijo directamente, este pasaje de su alocución puede dar lugar al debate sobre una necesaria reforma constitucional a futuro.

Asegurar el crecimiento con distribución de la riqueza

Otro de los puntos sobre los que tomo postura Cristina es el del crecimiento del PBI y la necesidad de distribución de ese crecimiento. Recordó el acto en La Plata donde luego que el actual ministro de Economía, (entonces titular del Congreso) Sergio Massa augurara años de crecimiento para la Argentina post pandemia, ella agregó: “claro que va a crecer, pero tenemos que alinear precios, salarios, tarifas y servicios. ¿Para qué? Para que el crecimiento no se lo lleven cuatro vivos”.

Entonces hizo una detallada descripción de la Población Económicamente Activa, (PEA), es decir todos aquellos en posición de trabajar, entre los 18 y los 65 años. La estructura actual muestra 11.600.000 registrados (entre empleados privados, empleados públicos, como monotribustistas, como autónomos, como monotributistas sociales, como empleadas familiares); 7.800.000 argentinos que reciben un cheque del estado (potenciar trabajo, AUH, progresar, etc). “Pero hay 11.100.000, un 37 %, o sea, fíjense lo que les estoy diciendo, población económicamente activa, o sea, población que labura, tengo registrado 11.600.000 y que no tengo ningún registro de nada 11.100.000, casi 37 % que no sabemos dónde están, ni qué son, ni qué hacen y un 38 % que sí. Esa es la Argentina en negro, que no son los planeros, a los planeros los tenemos registrados, cada uno está registrado con un CUIL, es un ingreso fiscal registrado. Pero hay 11 millones aproximadamente que no están registrados”, enfatizó.

“Es cierto que hay crecimiento, es cierto que la economía está creciendo y es cierto que se generan puestos de trabajo, pero son precarizados, de muy baja calidad y de muy bajos salarios”. La vicepresidenta dijo que el peronismo siempre sostuvo que se trata de “generar trabajo y bien remunerado” y de “aumentar la participación de los trabajadores en el Producto Bruto Interno”.

Por Ezequiel Arauz