En su programa televisivo Santiago Del Moro se realizó un test de COVID-19 en vivo y en directo, en plena pandemia y pese a no presentar «ningún síntoma» (esas fueron sus palabras).
Del Moro hizo un show televisivo del testeo y no se preocupó en absoluto en malgastar un test de coronavirus, recurso escaso y valioso en el mundo, incluso comienzan a aparecer conflictos diplomáticos por estos insumos.
Hace días atrás los expertos anunciaron que, durante el pico de contagio entre la segunda quincena de mayo y primeros días de junio, la chance de testear de forma masiva es casi imposible por falta de capacidad y logística de nuestro país.
Como datos adicional, estos exámenes los debe practicar un bioquímico y no un médico. Hicieron todo mal y sin ruborizarse.
El conductor desperdicia un test de contagio en una práctica cuyo único objetivo es conseguir rating y nada más que rating. Concientizar tampoco fue al caso, nadie tiene acceso a estos elementos sanitarios y las prácticas son comandadas por el Ministerio de Salud.
Entendemos que la indignación se apoderara de quienes hoy se horrorizan por los insumos médicos esenciales que se malgastan sin un objetivo sanitario, claro, útil y colectivo.