Gloria Angélica Galarza es vecina de Quilmes Oeste, tiene 84 años y es jubilada con la mínima. Actualmente presenta un deterioro cognitivo y deformación progresiva en los cuatro miembros. Héctor Luis Hidalgo, su único hijo y familiar, denuncia un recorte en distintas prestaciones de la obra social.
Por Sergio González
Luis inicia la conversación y aclara que tiene todas las pruebas de lo que enuncia. “Mi mamá se quebró la cadera en agosto de 2016, desde ese momento, está postrada y tiene internación domiciliaria, tengo todas las órdenes aprobadas. Ahora le sacan la terapia ocupacional, que mi madre realmente necesita, no se reemplaza con kinesiología ni enfermería. Lo que están haciendo es un recorte en los jubilados, según la resolución 419/18 que ellos anteriormente nunca cumplieron ni respetaron. Le han cortado prestaciones a personas con ACV, recortan donde pueden. Ahora pareciera que quieren hacer las cosas bien, pero mienten”.
Continúa con el relato desgarrador. “A nadie le importa la salud de mi mamá, ella es un número para todos. Cuando llamé el otro día a PAMI Central me dijeron que están resolviendo dar más sesiones, como cualquier obra social, hoy dan 48 sesiones anuales. Cometen irregularidades todo el tiempo y de todo tipo, si pasa, pasa. En su momento también nos cambiaron de empresa prestadora del servicio de manera arbitraria”.
Por otro lado, el apoderado se queja de “no contar la medicación psiquiátrica” de la paciente. Y profundiza: “El médico psiquiatra de mi vieja, el Dr. Martín Frente, solicitó a través de la Clínica Tempus, las recetas para los ansiolíticos y aducen que ya entregaron seis recetarios, cantidad insuficiente para el tratamiento. Te dejan sin medicamentos de buenas a primeras y no se dan cuenta que perjudican a muchos jubilados. Pido que regularicen esta situación”. Una de las tantas historias de nuestrxs adultos mayores que se repiten de un tiempo a esta parte, a lo largo y ancho del país.
