Ataque homofóbico en la estación de Quilmes

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La golpiza fue durante la madrugada del sábado cuando dos chicos volvían de bailar caminando de la mano.

El pasado sábado 24 de marzo cerca de las 7 de la madrugada, Matías y Ariel caminaban de la mano hacia la estación de Quilmes volviendo de la Fiesta Relax, un espacio diverso que se celebra todos los meses. Mientras caminaban dos hombres comenzaron a seguirlos insultándolos y arrojándoles cerveza en la espalda.

La contestación de Matías, cansado de las agresiones, con un insulto para que dejaran de molestarlos, fue suficiente para que los homofóbicos comenzaran una golpiza contra ambos. Uno de ellos golpeó a Matías en la nuca y luego propició varios golpes en el rostro que le ocasionaron un derrame en un ojo. El otro pateó a Ariel, dejándolo tirado en el suelo. «Todo esto ante la mirada de varios testigos que decidieron no ayudarlos», señaló en su relato Joey Jansat, amiga de los chicos.

 

Ante el ataque homofóbico y la falta de ayuda de los testigos que sólo se animaban a mirar, Ariel se acerca a un empleado de la estación de tren para que los ayudara pero éste, en lugar de colaborar, los echó del lugar. Decidieron apelar a que un llamado al 911 a fin de que las fuerzas de seguridad detuvieran a los agresores, pero no hubo caso. «El patrullero nunca apareció», señaló Joey.

Finalmente fueron socorridos por sus familiares y lograron volver a sus casas y trata las heridas. «Mis amigos fueron victimas de discriminación, odio, hostilidad, abandono, desinterés, falta de solidaridad y falta de compromiso de los testigos de esta situación», cuenta Joey.

MARCO 

Este contexto en el que se repiten los ataques homofóbicos se ve agravado ante un Estado en retroceso en materia de derechos humanos y de políticas públicas inclusivas hacia la diversidad sexual.  Sin ir más lejos, este lunes la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación publicó una peligrosa campaña: «la heterosexualidad es parte de la diversidad sexual». Hay que decirlo y reivindicarlo: lo hétero no es diverso. Si bien las voces oficiales salieron a aclarar que se trata de una malinterpretación del mensaje, es necesario que los goberantes escuchen, interpreten e instrumenten de una vez por todas lo que que en las calles se ve, se escucha y se vive: las violencias siguen cayendo sobre las minorías: las mujeres y el colectivo LGBT+.