Quilmes: El sabor del encuentro

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Mientras el Gobierno de la alianza Cambiemos se regodea en su relación carnal con el FMI, Vidal y Bullrich se encargan de llenar las calles del Conurbano con las fuerzas federales al mismo tiempo que se recrudece el descontento social. En Quilmes, Martiniano Molina está de jarana: esta semana inauguró un local partidario y su candidatura a la reelección fue anunciada nada más y nada menos que por su nuevo aliado radical: el ex intendente Fernando Geronés, quien en 2003 se fue por la puerta de atrás acusado en la Justicia por enriquecimiento ilícito a partir de empresas fantasmas, el endeudamiento por 12 millones de pesos al municipio y la compra de una mansión durante su gestión.

Esta semana, antes de iniciar su gira por Estados Unidos el presidente Mauricio Macri se encargó de continuar intentando limpiar su irremontable imagen. El lunes 24, horas antes de que Luis Caputo renunciara a la presidencia del Banco Central, se animó a hablar de su futura candidatura para 2019 y señaló que «no hay chances de que Argentina vaya a un default». Mientras tanto en Buenos Aires, Vidal, se mostró en Quilmes junto a la Ministra de Seguridad Patricia Bullrich, al Ministro de Seguridad de la Provincia, Cristian Ritondo, al intendente Martiniano Molina y a 1500 efectivos de las fuerzas federales, horas antes de que empezara el Paro General de 36 horas de las dos CTA que llevó a la calle a medio millón de personas en repudio al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y las políticas económicas y sociales de la alianza gobernante.

Durante el acto realizado en el Parque de la Ciudad de Quilmes, Vidal les habló a «los vecinos bonaerenses» y los llamó a «vivir en paz, estar más tranquilos, dejar de tener miedo». En ese sentido, «para que la tranquilidad llegue»,  explicó la Gobernadora la decisión de poner más efectivos de las fuerzas en las calles el mismo día que iniciaba el Paro General.  Al mismo tiempo puso el acento en «que haya más presencia policial en las calles» y destacó que «más importante es tener una mejor policía, más equipada».

QUILMES

Martiniano Molina también está preocupado por su continuidad al frente de la Municipalidad de Quilmes. Y también parece que no sabe de lo mucho que las fotos dicen y de que l@s quilmeñ@s tenemos memoria. Este sábado 22 dio explícito apoyo al ex intendente Fernando Geronés durante la inauguración de un local partidario de Cambiemos. Los «Radicales con Cambiemos», a cargo del secretario de Educación y Cultura Ariel Domene, buscarán hacerle contrapeso a Fernando Pérez de cara a una posible interna en las elecciones de la UCR local.

Geronés, afirmó que “no hay futuro en la UCR sin Cambiemos”, y que era innegable la “mejoría de la gestión” en los últimos meses. Además reafirmó que la consigna de trabajo es “la continuidad del vice gobernador Daniel Salvador al frente del Comité Provincia en el 2018 y la reelección de Martiniano en el 2019”.

Fue curioso el cierre  de Molina cuando hizo referencia a un «pasado de desidia, corrupción e inacción de quienes gobernaron Quilmes durante los últimos 20 años». Se le debe haber escapado el detalle de que a su lado estaba quien fue intendente entre 1999 y 2003.

Hasta ahora Geronés parecía ser un muerto político, pero Molina decidió revivirlo. Para les más jóvenes y lxs desmemoriados, cabe hacer un breve repaso de quién es y cómo fue su polémico paso por la intendencia quilmeña.

Promediando el final de su mandato, Geronés era evaluado como posible candidato a senador provincial por su partido para las elecciones pero dejó de estar en la nómina antes de la elección. En ese entonces no pudo justificar la compra de una mansión adquirida en 2001, por lo que fue denunciado por enriquecimiento ilícito.

En 2003, aún siendo intendente, fue demorado en Bariloche por viajar en una camioneta robada y con la documentación del vehículo adulterada. También fue acusado de poseer estaciones de servicio en Brasil y miles de hectáreas de campo en la pampa húmeda.

El periodista Dante López Foresi lo denunció luego de haber constatado la adquisición de una mansión en Bernal, y luego fue desplazado de la radio donde conducía su programa ante las presiones del intendente. Esa denuncia no prosperó en la Justicia.

En 2004 apareció ahorcado Jorge Antonio Rocha, un testigo que acusó al ex intendente y que seis días antes de su muerte había aportado datos clave al fiscal de la causa, Alfredo Samprón Noel. Rocha tenía poder de decisión en la banda de Geronés, y era el encargado de cobrar los cheques que la Municipalidad giraba a empresas fantasma contratadas para hacer trabajos de bacheo y demalezamiento. Quienes acusan a Geronés, no dudaron de que se trató de un homicidio, mientras que la defensa del ex Intendente aseguró que se trató de un suicidio. Rocha se había convertido en el primer arrepentido de la causa que denunciaba a estas empresas fantasma. Días antes de su muerte, Rocha había recibido amenazas de muerte en su contestador telefónico.

En 2016 fue investigado junto a otros cinco ex funcionarios municipales de su gestión por la causa de «empresas fantasma» para la realización de obras públicas durante 2002, un presunto fraude que habría perjudicado al Municipio de Quilmes en unos 12 millones de pesos. A pesar de todo esto, y las pruebas, Gerones, el ex secretario de Hacienda, Carlos Coloma; el ex director de Compras Alejandro Abelenda; el ex secretario de Obras Públicas, Juan Clérico; la ex asesora letrada Ruth Kuster y Norma Borda, gerente de una de las firmas involucradas, fueron absueltos de culpa y cargo al finalizar el juicio oral en su contra, por el Tribunal en lo Penal n°4 de Quilmes.

La denuncia fue formulada en febrero del 2012 por el entonces concejal Rubén Vicente, quien vinculó al ex mandamás quilmeño con las empresas Mater Pat SRL, Andromeda, Proveedores Generales SRL, INSUSERV SRL y Sahara SRL cuyos titulares eran personas indigentes a quienes, desde el Ejecutivo, se los habría colocado en los directorios para participar en licitaciones privadas y concursos de precios.

La maniobra era tan evidente que los supuestos “empresarios” se turnaban en los puestos de dirección y concursaban entre si, aunque los cheques los cobraba un único apoderado.

Fueron beneficiadas con obras tales como zanjeo, reparación de baches, desmalezamiento y otras tareas, en las que las compañías mencionadas eran invitadas a participar de los concursos públicos.

Un breve repaso por nuestra historia quilmeña reciente no nos viene mal para comprender los movimientos políticos de Martiniano Molina, actual intendente. Geronés, quien había llegado a la intendencia con «la fuerza renovadora» de la Alianza en 1999, y se fue por la puerta de atrás con las manos sucias, hoy vuelve en forma de uno de los principales aliados a Molina, miembro de la alianza Cambiemos.