La historia, la tradición, el lenguaje, la formas de comunicación construyen ese entramado fino, complejo, en permanente tensión que es la cultura. Lejos de ser solo un taller de manualidades, un grupo de artesanos en la vereda o el show gratuito de un artista reconocido, la cultura es el escenario donde se gestan las conquistas sociales del futuro, los derechos que nos faltan, las necesidades que aún no están cubiertas.
Es debatir con el sentido común, poner el cuestionamiento aquello que nos viene dado por el contexto que nos rodea. Es generar las condiciones para que una sociedad se piense y se realice. El cierre de espacios culturales, la caída en la venta de entradas del teatro independiente y en productos relacionados a cultura son algunos de los datos fehacientes que dan cuenta de la gestión del macrismo desde los tiempos en la Ciudad de Buenos Aires.
La falta de una ley provincial de espacios culturales, el veto del año pasado de Martiniano Molina a la ordenanza por primera vez los reconocía o la gestión local en la Escuela Municipal de Bellas Artes Carlos Morel van por el mismo camino: el camino de los negocios privados. Hasta la próxima semana.