Editorial: Obras céntricas

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El viernes 6 de octubre, Cristina visitó el Polideportivo de San Francisco Solano. Apenas tomó el micrófono, enterada que a pocas cuadras de allí el Procrear entregaba créditos a sola firma, chicaneó: «Me contaron que cuando alguno se enteró que veníamos, de repente aparecieron ofrecimientos de préstamos de 20 mil pesos… bueno, voy a venir más seguido, entonces».

Haciendo referencia a la línea de créditos «Mejor Hogar» que cubren la totalidad de gastos en compra de materiales para la construcción y mejoramiento del hogar con montos que llegaban a los 20 mil pesos.

No es mucho, y a la vez, vale bastante más que nada. Especialmente en el lejano oeste: San Francisco Solano, Quilmes oeste, Bernal oeste, donde desde hace décadas se vive a la vieja usanza: sin servicios básicos, sin asfaltos, con el agua hasta el cuello, pateando basura y con déficit habitacional.

Es momento de comenzar a asimilar que el cemento no se come, ni sirve para lavarse la cara. No vives de ensalada, dirían los Simpson.