Editorial: La memoria de los pueblos

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Día a día nos vamos acostumbrando a la perversidad y allí vamos observando cómo se toman decisiones en detrimento de la ciudadanía. La perversidad aflora en el incremento de las tarifas de servicios públicos, en el recorte de las jubilaciones y pensiones, en el aumento permanente de la nafta y el dólar, todas situaciones que junto al techo en las paritarias han licuado el poder adquisitivo del salario. La provincia de Buenos Aires no se queda atrás. La gobernadora María Eugenia Vidal dispuso ahora, a diez días del inicio del ciclo lectivo bonaerense, el cierre de escuelas rurales y del Delta.

Durante la implementación del programa Fútbol para todos hemos escuchado horas y horas de especialistas en el análisis económico cuánto le significaba al Estado el mantenimiento del ciclo que benefició a millones de argentinas y argentinos para que puedan acceder gratuitamente a la transmisión de los partidos de la primera división del fútbol nacional. Todo esto medido en escuelas, jardines y hospitales que se podrían realizar por la misma inversión.

Hoy los partidos son codificados y no solo no hay nuevas escuelas sino que la educación pública se encuentra nuevamente crisis por el cierre de escuelas rurales y para adultos.

No se puede dejar a los pueblos sin capacidad de aprender y de pensarse. No se puede dejar a un pueblo sin memoria, no existen los pueblos sin memoria. La educación y la cultura son patrimonio de los pueblos y no de la perversidad de los gobiernos.

*Editorial publicada en Semanario CPB el 01/03/2018