Una campaña chica con corte de boleta para acotar la diferencia

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El gobierno de Martiniano Molina intentará la hazaña de retener el poder en Quilmes. Saben que el arrastre de Macri y Vidal se los lleva puesto y creen que con el corte de boleta tienen chances de disputar la intendencia.

Por estos días comenzaron a moverse los piolines de una campaña electoral que cerrará el 27 de octubre próximo. En lo nacional y en la provincia, es muy difícil que el oficialismo revierta una diferencia que ronda los 20 puntos porcentuales. De hecho, off de record ya salieron a pedir inventario en la provincia y parece que en algunas áreas del municipio, también. Lo cierto es que la diferencia nacional y provincial, a pesar de los esfuerzos por esconder a Macri, será irreversible. Tanto la gobernadora como el intendente, creen que caminar solos esta próxima etapa los puede despojar de su identidad cambiemista.

En la provincia, dejaron de hacer videos porque cada vez queda más expuesta María Eugenia Vidal. En el plano local, el intendente Martiniano Molina junto a su séquito muy reducido de conductores de la campaña y creen que hay chances de doblegar los más de 80 mil votos de diferencia que logró alcanzar el conjunto de los candidatos del frente Todos. El 27 de octubre, Martiniano deberá enfrentar a una candidata que ya logró el apoyo de todos los demás candidatos, además de contar con el apoyo del candidato a gobernador, Axel Kicillof y de la fórmula presidencial. Una combinación que pude ser letal en un distrito que respira peronismo.

Sin ir más lejos, Quilmes fue el escenario que recuperó la mística en la última elección, ya sea por la cantidad de votos alcanzados (189.994) y porque Mayra Mendoza terminó de enterrar las especulaciones con la división en el peronismo. Por eso, desde el oficialismo saldrán a pedir que corten boleta y que rescaten al intendente, Martiniano Molina, que según dichos de su adversaria supo ser “el mejor alumno de Macri y de Vidal”.