Turismo de la pobreza vs. turismo para erradicar la pobreza

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Elizabeth Gallucci – Consultora en  Gastronómica y turismo

Días antes de las PASO, a Martiniano Molina le susurraron al oído: “Hablá de turismo que va por ahí la cosa”. Y una vez más dejó entrever su propuesta de campaña referente al turismo y su línea de pensamiento al proponer convertir a la Villa Itatí en un polo turístico. Una mirada snob sobre la pobreza consecuente con el accionar de las políticas públicas del gobierno. Un sueño que puede ser pesadilla, según quién sea el soñador.

En julio pasado, la candidata a intendenta Mayra Mendoza junto a su equipo de trabajo realizó un Foro interdisciplinario en la Universidad Nacional de Quilmes con gran concurrencia de vecinos, académicos, empresarios y comerciantes. En este evento, la mesa de Desarrollo Económico, se encargó de emplazar al turismo en este lugar, potenciándolo como matriz de industria turística y sacándolo del área de Cultura y Educación, donde se ubica en el  actual organigrama municipal, lo cual reduce algunas de sus facetas como turismo social y cultural. El nuevo enfoque permite analizar y desplegar distintos aspectos del turismo sustentable como motor del desarrollo económico.
Queda claro, como lo señaló Daniel García, psicólogo e investigador de la UNQ  y director de la incubadora  de turismo socio solidario de base comunitaria, la necesidad de pensar el turismo como factor de recuperación de la economía local.
En este sentido, no es un dato menor señalar las recomendaciones de la Asamblea General de las Naciones Unidas que mediante una resolución histórica reconoce en el Ecoturismo un elemento clave para la lucha contra la pobreza, la protección del medio ambiente y la promoción del desarrollo sostenible. También insta a los gobiernos a promover la inversión en Ecoturismo, de acuerdo con sus respectivas legislaciones, para lo cual pueden crear pequeñas y medianas empresas, incentivar las cooperativas y  facilitar el acceso a financiación mediante servicios financieros inclusivos, tales como los microcréditos para comunidades desfavorecidas.
Estas recomendaciones están muy alejadas de la propuesta de crear un atractivo turístico en la exhibición de la pobreza, como lo expresó Molina; muy por el contrario, señalan claramente un camino a seguir de desarrollo económico basado en la inclusión y la sustentabilidad.
En la triste actualidad de nuestro país, donde el cuarenta por ciento de la población se encuentra sumida  en la pobreza (según cifras oficiales del  INDEC) y teniendo en cuenta que el  ochenta por ciento  del empleo es generado por pymes,  según se expresa en el proyecto  de ley de emergencia pymes 2/2019, trabajar para posicionar a nuestra localidad como ciudad turística, puede generar miles de empleos de forma directa e indirecta.
En este sentido el vicepresidente de la Cámara de Gastronomía Hotelería, Turismo y Esparcimiento (CGHTE) de Quilmes, Gustavo Charra, señaló: “un informe de la UNQ de 2016, actualizado por CGHTE, señala que la gastronomía es un gran generador de empleo dado que por cada $70.000 facturados, un restaurante requiere de un empleado. De este modo, montar un emprendimiento gastronómico que demande un inversión de $USD 50.000 a  $USD 80.000 genera entre 15 y 20 puestos de trabajo. En cambio, en la matriz industrial una inversión de esa índole no demandaría más de 3 o 4 puestos de trabajo.”
Quilmes posee atractivos naturales y culturales, su costa  y su rica historia la diferencian de las ciudades vecinas y generan una nutrida agenda de atractivos  deportivos y artísticos  de calidad. Si esto se suma a una planta de turismo receptivo adecuada y acompañada por una correcta difusión, es viable pensar a nuestra ciudad como un polo turístico de gran atractivo dentro de la provincia.  
Para ello es imprescindible realizar una correcta planificación a corto, mediano y largo plazo. Una construcción que conceda el mismo nivel de importancia a todos los actores: vecinos, academia, empresarios, comerciantes y gestión de gobierno, direccionados  hacia un desarrollo sustentable, basado en los tres pilares de la sustentabilidad: cuidado del medio ambiente, desarrollo económico preservando los ecosistemas y justicia social.