El presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, volvió a pisar terreno bonaerense y comenzó la rebelión de los dirigentes de Cambiemos descontentos con Macri y Vidal. Desde Quilmes se sumó un grupo de concejales que responden a Martiniano Molina.
Por Pablo Lapuente
Dirigentes de distintos puntos de la provincia de Buenos Aires se cobijaron bajo el ala de Emilio Monzó durante un moderado acto en Florencio Varela. En términos políticos fue leído como el comienzo de la construcción de un nuevo espacio que pretende disputarles el electorado a Mauricio Macri y María Eugenia Vidal.
Hasta allí fueron los diputados Marcelo Daletto y Guillermo Bardón, a los que se sumaron también los quilmeños Fernando Pérez y Eduardo “Rulo” Schiavo, estos últimos hombres que hace un tiempo mostraron sus diferencias con el espacio amarillo.
Pero sorprendieron aún más los concejales que ganaron una banca gracias a Martiniano Molina en las últimas elecciones. Estamos hablando del monzoísta Juan Bernasconi, el peronista Facundo Maisu, y los ignotos Damián Castro y Myriam Pucheta.
Según pudo saber este medio, en clave provincial los referentes tienen por objetivo un armado con miras a las elecciones del 2021, instancia en la que imaginan podrían disputarle a la gobernadora saliente, María Eugenia Vidal, una eventual candidatura.
Todavía para eso falta mucho, aunque los que se dieron cita junto a Monzó ya abren la posibilidad rupturista con Juntos por el Cambio. Un contexto futuro que preocupa a los intendentes amarillos que perdieron sus distritos en las unas y deberán entregar el mando el próximo 10 de diciembre.
Un caso testigo es el de Quilmes, ciudad en la que un espacio macrista fragmentado en el Concejo Deliberante podría hacer tambalear las intenciones de Martiniano de convertirse en el líder de una oposición para regresar a la política.