@leonardomurolo
Que la política se juega en las redes sociales, además que en las calles y las mesas chicas, no es novedad. Los políticos no ocultan a su equipo comunicacional ni a sus gurúes que le indican los modos de habitar esos territorios. Desde allí que podemos advertir ciertas lógicas constantes en el uso que algunos políticos hacen de las redes.
Las manifestaciones públicas en Twitter cuentan en primer lugar con el aval del auto chequeado. Mientras el periodismo siempre trabajó consultando tres fuentes que aseveraran una información antes de difundirla, el tilde azul de Twitter otorga legitimidad como dichos del dueño de la cuenta.
De llamar a una conferencia de prensa para realizar un anuncio que llevaría un minuto, se pasa con total naturalidad a escribir un tweet. En vez de exponerse a incómodas preguntas de los periodistas, el daño colateral es el ataque proveniente de trolls y haters. La propaganda o la toma de posición ante un tema de agenda son los usos más comunes en Twitter por parte de los políticos. Podemos analizarlo, por lo pronto, en tres casos.
El primero tuvo lugar cuando el sitio web Economía Feminista durante el debate en diputados y en senadores sobre la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo recopilaba, antes de la votación, las manifestaciones mediáticas de los legisladores para aproximarnos al resultado. En un doble juego, los legisladores emplearon Twitter para adelantarle a la sociedad los fundamentos de su posición.
Otro momento clave tuvo lugar en medio del intento de golpe de Estado al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, el reconocimiento de Juan Guaidó por parte de algunos presidentes. Estas manifestaciones se dieron primeramente en Twitter. Algunos más temprano que tarde, queriendo congraciarse con Donald Trump. El reconocimiento del presidente argentino, por ejemplo, se materializó en un intempestivo tweet, aunque posteriormente se extendiera su posición en el recibimiento de Guaidó con los honores de un primer mandatario.
Finalmente, el ejemplo de hace pocos días fue el arco político enviando condolencias al presidente por el fallecimiento de su padre. El tweet que tuvo mayor repercusión y se convirtió en sí mismo en una noticia fue el de la principal líder de la oposición, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Puede ser que en algunos casos la política en tweets signifique un acto de cumplimiento, un trámite más fácil de solucionar que dando una entrevista, convocando a una conferencia de prensa o publicando el boletín oficial.
Como sea, los usos de Twitter ya no son nuevos y generalmente se encuentran calculados por los responsables de prensa de los políticos. Al mismo tiempo se utilizan como una herramienta más de posicionamiento y comunicación electoral o de gobierno. La repercusión social y mediática está asegurada, por la cantidad de seguidores de las figuras públicas y por la baja calidad del periodismo hegemónico, que desde un tweet de pocos caracteres está acostumbrado a crear acontecimientos noticiables desde una computadora.
(*) Director Lic. en Comunicación Social UNQ; docente e investigador UNQ.