La cocina de los negocios

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Los millonarios contratos privados del intendente saliente  Martiniano Molina se ordenaron principalmente en torno al marketing  y la publicad. Dos ítems que el dirigente del macrismo supo aprovechar para levantar un cerco mediático en torno a su gestión. Licitaciones privadas, pantallas leds y hasta un spot de un millón y medio de pesos que pagó con fondos públicos.

Por Pablo Lapuente

La Municipalidad de Quilmes instaló hace unos meses pantallas leds en distintos puntos de la ciudad. Algunas de las más emblemáticas se encuentran en el triángulo de Bernal, con acceso a la autopista Buenos Aires – La Plata, en la céntrica Plaza San Martín; o sobre avenida La Plata, a tan sólo metros del boliche El Bosque, entre otros puntos claves.

Lo hizo a través de contrataciones privadas millonarias con dos empresas. Se trata de una firma local vinculada a la metalúrgica a nombre de Francisco Ramón Aguirre, y otra a la porteña Zenta Producciones SRL. 

Sólo por las estructuras metálicas el intendente que ahora deberá dejar el cargo el 10 de diciembre le pagó a la firma a nombre de Francisco Ramón Aguirre $1.815.000, de acuerdo a la orden de compra que difundió Cambio Web 21 fechada el 2 de mayo de 2019.

“ARTICULO 1º: LLAMESE a Licitación Privada Nº 44/2019 para el día 12 de abril de 2019 para la adquisición de contenedores para cobertura técnica de pantalla led, conforme solicitud de pedido Nº 977/19”, se lee en la orden de compra para esta metalúrgica ubicada en Joaquín V. González al 1300, en Quilmes Oeste. 

Pero eso no es todo, porque la contratación privada de las estructuras no tenía en cuenta la difusión de contenidos, por lo que también giró a Zenta Producciones SRL la exorbitante suma de $ 1.715.000 por el alquiler de pantallas y difusión de spot en un mes, de acuerdo a lo publicado en el boletín oficial número 304.

“ARTICULO 1: APRUEBASE lo actuado en el Expediente N° 4091-7292-D-2019, por el cual se realizó el llamado y apertura de la Licitación privada N° 82/2019, dispuesta por Resoluciones 1050/19 y 1260/19”, se lee en el documento oficial para esta empresa que también trabajó con el Gobierno de Mauricio Macri al crear contenidos de publicidad y propaganda para medios de comunicación.

Las escandalosas cifras ingresan al ámbito de la polémica si se tiene en cuenta que los contenidos por los que pagó el jefe comunal podrían haberse generado desde la Secretaría de Prensa y Comunicación de Quilmes, única área encargada de difundir material de gestión, y al que cada año se le asigna una millonario presupuesto.

En otras palabras, el jefe comunal le pagó a una empresa privada por algo que podría haber hecho su Secretaría. Por el contrario el área se encargó, entre otras cosas, de manejar exorbitantes cifras de pauta oficial durante sus años de mandato, lo que le permitió al Gobierno un blindaje mediático excepcional.

Sólo por dar algunos números, la Municipalidad giró al principal diario y radio de la ciudad $2.792.681,51 y  $462.500,00, respectivamente, y otros $1.885.548,23 al segundo  medio más reconocido de Quilmes, de acuerdo a la Rendición de Cuentas del año 2018.

Estos números ascienden y descienden para otros tantos medios de comunicaciones provinciales y nacionales, en medio de una de las crisis económicas más grandes de los últimos años. De hecho, mientras se conocían los índices de inflación y pobreza, el intendente cajoneó la reglamentación de la Emergencia Alimentaria, una medida aprobada por unanimidad en el Concejo Deliberante y que tenía el sólo objetivo de llevar comida de calidad a las escuelas y comedores populares en los barrios.

La respuesta oficial para no asignar mayor presupuesto en alimentos giró en torno a la “falta de dinero” para costear los gastos, mientras que por lo bajo aún circulaban las cifras millonarias vinculadas a las pantallas led y la pauta oficial. Todo indica que gran parte de los esfuerzos locales estuvieron puestos en la campaña electoral. Por un lado a fuerza de un presupuesto inédito para estas áreas publicitarias, pero también a costa de la institucionalidad de la competencia electoral.

Es que una campaña sucia contra la dirigente del Frente de Todos, y hoy jefa comunal electa, Mayra Mendoza, se propagó a lo largo de los últimos meses. A la rotura de carteles, pasacalles y al accionar del ejército de trolls oficialistas se le sumó un hecho inédito que buscó despegar a Martiniano de sus principales socios políticos Mauricio Macri y María Eugenia Vidal. El desesperado pedido de cortes de boleta, la improvisada copia de la liturgia peronista a tan sólo días de las elecciones, o el cántico “vamos a volver” en su búnker de campaña, sin dudas le dejarán un lugar en la antología de los malabaristas de la política.