El “mérito” de estudiar de pié

0
295

El 17 de junio se cumplió un mes desde que Ariel Domene se comprometiera con organizaciones de estudiantes secundarios, La FES, la UETA y el MUS para solicitar mobiliario y a atender sus reclamos. Pero pasaron los meses y no hubo respuestas.

Por Magalí Milazzo

A las múltiples emergencias que atraviesa la educación, consecuencia directa de la reducción del presupuesto nacional pero también a la subejecución municipal, se complica cada vez más el estado del mobiliario en las escuelas. Hace años que muchas de ellas no reciben ningún recambio y el deterioro ya es evidente.

Hace dos años que el Consejo Escolar dejó de encargarse de gestionar el reemplazo de mobiliario y ahora es responsabilidad del Municipio y la Jefatura Distrital, que a simple vista no responde a las necesidades de las escuelas. En la mayoría de los casos, las escuelas del distrito tienen sillas y mesas ya varias veces reparadas que no resisten más remaches.

“Se pierde un montón de tiempo de clase buscando los bancos en las aulas donde hay algún ausente y a veces tenemos que subir dos pisos cargando mesas y sillas.  Aun así, a veces no encontramos y nos sentamos de a 3 o 4 o  nos sentamos en el piso”, sostienen alumnxs. “La sala de video prácticamente no puede usarse porque ahí ya no quedan sillas o solo algunas muy deterioradas con las que nos lastimamos”. Estudiantes y docentes lidian a diario con astillas y fierros e improvisan algún asiento hecho de los retazos de otros.

Alejandra, profesora de ciudadanía en la E.E.S 12 denuncia esta situación como resultado en parte de la desidia del Estado pero también como consecuencia  del crecimiento de matrícula que se dio en los últimos años debido al éxodo de las privadas, donde ya no es posible enfrentar las cuotas.

La secundaria 3 se cuenta entre las pocas que sí han recibido una partida de sillas y mesas después que sus estudiantes se movilizaran por su cuenta hacia el Municipio y la Jefatura Distrital, en una misma jornada de lucha en abril de este año. Pero lo cierto es que lo entregado no es suficiente.  La profesora Andrea que dicta Ingles en dicha institución se lamenta: “apenas se cambiaron las más destruidas de algunos cursos, casi no se nota la diferencia en una escuela grande como lo es esta”.