Bernal: Feriantes del Triángulo en alerta

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Fue porque una patrulla urbana y luego personal de la municipalidad se acercó para transmitirles que debían irse hacia otro lugar a armar el puesto. Son cerca de 500 personas que van a vender diferentes artículos para llegar a fin de mes.

El domingo pasado les feriantes del Triángulo de Bernal recibieron una visita de una patrulla urbana para “recomendarles” no volver a ocupar el espacio el próximo fin de semana. Ante esta situación intimidatoria, comenzaron a organizarse ante un eventual desalojo. Si bien no pasó nada, el estado de alerta fue real. Sergio, uno de los puesteros dialogó con CPB y expresó su preocupación ante la llegada del móvil de la patrulla urbana municipal. “Nosotros venimos a trabajar y de pronto vienen del municipio, miran, sacan unas fotos y al rato, aparecen dos que nos dicen que el domingo que viene no vamos a poder armar el puesto”, dijo Sergio.

“Mi esposo se quedó sin trabajo y ahora éste es nuestro sostén para poder comer”, cuenta Claudia, que tiene un puesto de pizas y empanadas. Cada domingo más de 5000 personas transitan por el lugar que se convirtió en paseo. Basta con ver desde la cima de la loma la cantidad de gente que atraviesa el puente y recorre los puestos de ropa, juguetes, libros, accesorios de celulares, bebidas y comidas. “Si piensan en sacarnos de acá, la verdad que yo no tengo para comer, qué te puedo decir. El municipio debería preocuparse en nuestro bienestar y no tratar de  esconder la pobreza”, expresó Claudia.

Tamara, es mamá de las jóvenes que tienen que ir con su bebé a armar el puesto. “La plata no me alcanza y a mí nadie me compra los pañales del nene. Si no vengo, no como. Yo estoy acá por necesidad, porque me encantaría estar en mi casa con mi hijo, tranquila. Pero no puedo, a las siete tengo que estar acá todos los domingos”, explicó Tamara.

Sara es de Itatí, estudia enfermería en la UNQ y alquila una casa, con lo cual entre impuestos y alquiler, le insumen 15 mil pesos que no tiene otra forma de juntarlos más que con la feria del triángulo. “Mi marido se quedó sin trabajo y yo tengo pero no alcanza. Entonces vengo a vender ropa para poder llegar a fin de mes “, dice Sara. Ella hace ocho meses que va al Triángulo. Es una de las primeras en ocupar la parte de Av. Rocha y vio cómo  creció la cantidad de feriantes.

Hoy la plazoleta está totalmente ocupada por puesteros y feriantes que tratan de vender sus cosas para llegar a fin de mes. Una realidad que se expande en el conurbano con más fuerza que en otros lugares del país. Sara afirma que “si es necesario hacer un piquete para que no nos muevan de acá, lo vamos a hacer”. También cuenta que el espacio esta segmentado, porque arriba del puente se paga y abajo, no. Parece ser que ya hay algún vivo con un negocio ilegal.