Apostar a perdedor

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Los trabajadores y trabajadoras municipales de Quilmes vienen en retroceso, como la inmensa mayoría de trabajadores a nivel nacional, perdieron capacidad de consumo durante los años de administración de Cambiemos. También, desde otros sindicatos cuestionan la falta de participación gremial dentro de la discusión paritaria. Para 2019, el aumento fue del 25%, con una recomposición del 5% respecto a la pérdida de 2018. El gobierno de Martiniano Molina acuerda con el principal sindicato de trabajadores (STMQ) dirigido por Raúl, “Ronco” Méndez, que a su vez, cobra por asesorar al ejecutivo. Un acuerdo por debajo de la mesa donde pierden les trabajadores, cada año que pasa, un poco más.

La inflación, ese caballo loco que era producto de la incapacidad de los gobernantes su control, es lo que aumentó de manera vertiginosa desde diciembre de 2015 al día de la fecha. CPB realizó un repaso respecto a los años de gobierno macristas y el impacto que tuvo en el bolsillo del trabajador municipal. En ese sentido, en 2016 la inflación reconocida por el INDEC fue de 40,6% y el aumento paritario que acordó el “Ronco” para les trabajadores fue del 30%. Es decir, en el primer año perdieron 10% en la capacidad de consumo. En aquella ocasión, desde el Sindicato de Trabajadores Municipales de Quilmes (STMQ), celebraban ser el primer gremio de municipales que acordaba con el ejecutivo local. En aquel año, las paritarias bonaerenses estuvieron en la banda del 26 al 35%. Por ejemplo, en Morón y Pilar acordaron un 35%. En ambos gobierna Cambiemos. En Moreno, el intendente Walter Festa (FpV) otorgó 33% y en  Avellaneda fue del 44,6%, donde gobierna Jorge Ferraresi, cercano a Cristina Kirchner.

En 2017, el año electoral corrió al ritmo de los desembolsos derivados de la deuda externa, por medio de la obra pública. Se controló un poco la inflación y las paritarias achicaron un poco la pérdida salarial. Aun así, perdieron otra vez, ya que la inflación alcanzó 24,8% según el INDEC. Ese año, les municipales cerraron en 18% pero acordaron un adicional de 6% que logró acercarse a la inflación. Cabe mencionar que el 6% es en recomposición de la pérdida de 2016, un mecanismo implementado para “disimular” la caída del poder adquisitivo del salario. Esta situación se repite en 2018 y 2019. Desde ATE, reclamaron participación en las paritarias pero a Martiniano Molina le alcanza con acordar con el “Ronco”.

Para seguir con los ejemplos, en 2017 en Berazategui y Avellaneda, lograron un aumento del 30%. Ambos distritos gobernados por el peronismo. Aunque ese año, Lanús y Morón, dos distritos de Cambiemos, los aumentos fueron del 20 y 18% respectivamente. Aún así, en Quilmes el “empate” de 2017 no logró recuperar ni un punto de los diez perdidos en 2016.

El año de la catástrofe fue 2018, ya que la disparada inflacionaria saltó a los 50 puntos porcentuales, lo cual impactó de lleno en la realidad económica de las familias. Recordemos que luego de la suba del dólar de la segunda mitad de semestre derivó en la decisión del gobierno nacional de recurrir al FMI. A partir de allí, la economía nacional está condicionada por los acuerdos entre el Estado argentino y el organismo financiero. Otro dato fue que en enero de 2018, los demás organismos de crédito internacional le cerraron la oferta a la Argentina, luego de enviar 9000 millones de dólares para sostener el tipo de cambio. Igualmente, el dólar se disparó y comenzó en enero de 2018 a un precio de $ 18,76 y terminó el año a $ 38.90. Más del 100% de aumento en doce meses.

Semanas atrás, el gobierno municipal anunció que el aumento para los salarios de 2019 es de 30%, lo cual es falso, ya que el decreto establece un 25%. Desde el gremio argumentan que la recomposición de 2018 del 5% sumado al 25% acordado da un 30%. Si bien las matemáticas son exactas, los conceptos no, ya que el decreto establece en su ART 1º: Increméntese a partir del 1º de enero de 2019 un 5%; a partir del 1º de junio un 10% y a partir del 1º de septiembre un 10%. La cuenta está a la vista. Por otra parte, en su ART 2º establece una clausula de revisión para octubre, en caso que la inflación supere el convenio firmado entre el gobierno y el STMQ. En ese sentido, veremos cómo resuelven una nueva pérdida del salario, ya que las consultoras indican un dólar arriba de $ 50 en diciembre, lo cual impactará en la inflación y el costo de vida.

Entre los datos publicados por encuestadoras (REM; Elypsis; Fundación Capital) relevan que la inflación anual de 2019 será superior al 30%. Sin embargo, en el presupuesto aprobado en el Congreso lo indicado fue del 23%. Hasta acá no habría grandes cambios en relación al aumento acordado. Pero qué garantías hay en un país que optó por el endeudamiento como política económica, en detrimento del desarrollo productivo. Sin ir más lejos, el propio gobierno afirmó que el PBI caerá 0,5% éste año.

Entre los problemas que acarrea la economía nacional se encuentra otro desatinado pronóstico respecto al dólar, donde indicaron que estaría en $ 40 en diciembre pero ya superó los 43 y el año recién comienza. Por lo pronto, nadie duda que éste sea otro año de pérdida de poder adquisitivo, con la incertidumbre de ser año electoral y las expectativas de los especuladores financieros, como el sector agro exportador, que tensarán la cuerda para hacer más productivos sus dólares, ya sea por timba financiera o por aumento de la rentabilidad sojera. En éste escenario, poco tienen para ganar la masa de trabajadores y trabajadoras en general, y más aún, les municipales, que están rehenes de los acuerdos que Molina y su asesor, Raúl “Ronco” Méndez, firman.