Los números de la economía Argentina están en rojo debido a una crisis autoinflingida, según constan los comentarios del técnico del Fondo Monetario Internacional (FMI), sobre la responsabilidad del gobierno saliente.
Éste confesó además que la deuda no podría pagarse en las condiciones que se tomó.
Desde el momento en que la vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, en el marco de la presentación del libro “Sinceramente” en Cuba, sugirió dar discusiones a cerca de no volver a caer en las deudas. Y a la vez que el FMI acepte su cuota de responsabilidad al respaldar un modelo de endeudamiento insostenible.
Días después el vocero del organismo multilateral, Gerry Rice, negó que haya sido de esa manera y alegó también que no es posible realizar la quita de la deuda. Se permitió el otorgamiento para condicionar al siguiente gobierno, que lograra vencer en las urnas a Mauricio Macri durante las últimas elecciones, y contraer una deuda de 44 mil millones de dólares.
El viernes pasado renunció la economista titular del Banco Mundial, Penelopi Goldberg, ante la negativa de publicar los informes que comprueban las deudas tomadas y que a su vez coinciden con la acumulación de los fondos de bancos suizos. «Las fugas representan en promedio un cinco por ciento de la ayuda entregada a ese país», estima el escalofriante informe.
