El Anfiteatro Carlos Carella de Quilmes está emplazado en un predio de aproximadamente 100.000 m², ubicado sobre Vicente López y limita al norte con el estadio del Quilmes Atlético Club. Cuenta con capacidad para 3000 espectadores, apto para shows musicales, murgas y distintos espectáculos. Llama la atención el diseño de sus caminos internos, que forman una espiral muy atractivo.
En 1998, de la mano del por entonces intendente Federico Scarabino, un gran basural se reconvirtió en un lugar de esparcimiento y diversión para las familias quilmeñas. El espacio cuenta con mucho verde, árboles frondosos, juegos, obras de artistas locales, veredas cómodas y un anfiteatro en el centro de la escena.
Más allá de la «refundación» del Anfiteatro por parte del ex intendente macrista Martiniano Molina en enero de 2016, pasó el tiempo y las instalaciones están destruídas, baños clausurados y vestuarios totalmente inutilizados. Todo esto sucedió en el mandato del out sider de Cambiemos en Quilmes. Inclusive llegar a las inmediaciones del lugar se hace una misión de riesgo por el olor nauseabundo que emanan las dependencias.
CPB habló hoy con el jefe de alumbrado público y nos confirmó que están poniendo en condiciones el Anfiteatro de Quilmes. Comenzaron con el tablero eléctrico de los vestuarios, están haciendo arreglos con soldaduras, como lo muestran las imágenes y, las luminarias de todo el Carella quedarán en óptimo estado. Es un primer paso para dejar un lugar en condiciones donde todos los fines de semana visitan miles de vecinos y vecinas de Quilmes.
Seguramente a partir de la publicación de la nota nos encontremos con algún malintencionado que invoca que la responsabilidad es de los usuarios que utilizan las instalaciones. Esa es una respuesta parcial. La respuesta concluyente es que hubo abandono, desidia o falta de control, en todos los casos, responsabilidad del gobierno saliente. Ahora será el turno de la nueva gestión poner a Quilmes de pie.