Él hace su parte

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La situación ambiental en Quilmes es un problema que sigue sin resolverse. La agenda ecológica en el mundo crece día a día y sin embargo, las políticas vinculadas al cuidado del medio ambiente carecen de impacto por diferentes razones, entre ellas, la falta de compromiso ambiental de los gobiernos. El intendente Martiniano Molina lanzó un programa denominado “Yo hago mi parte”, que consta de garitas receptivas de residuos urbanos limpios y secos pero todavía no puede ordenar la recolección normal de la basura. Los tres Eco Puntos inaugurados en 2017 nunca funcionaron.

El fin de semana pasado, el intendente Martiniano Molina, dio apertura al programa “Yo hago mi parte”, donde convocaron a un especialista en la materia, Joan Antoni Melé, quien dio una conferencia en la Casa de la Cultura, en el marco de la semana del Medio Ambiente. Luego, inauguró los “Puntos verdes”, que son tres pequeñas garitas donde personas reciben el residuo sólido urbano limpio, que es acopiado y luego retirado por un vehículo de la municipalidad. La idea, explicada por Brenda Correa, Directora de Promoción Ambiental, es que en junio se coloquen garitas en el Parque Lineal de Don Bosco, frente al Nuevo Quilmes, en el Museo del Transporte y en algún lugar de Ezpeleta.

Si bien la iniciativa es buena, la realidad es que el gobierno municipal no pudo desarrollar una política pública que permita la reducción de la basura y una separación en origen para dar movimiento a lo que se conoce como economía circular. Esto es que el residuo se reincorpora reciclado para convertirse en materia prima y volver a constituirse en un bien cambiable en el mercado. Una tendencia que crece a nivel mundial pero que los gobiernos no tienen política adecuadas para aprovechar todo el residuo urbano que generan las ciudades.

Por otra parte, la gestión de Molina experimentó varios cambios en el área, ya que arrancó en septiembre de 2016 como AMA (Agencia de Medio Ambiente) iniciada por Gastón Linsalata, fundador de McFly Extreme. A los pocos meses fue reemplazado por Federico Alberto, un abogado que intentó relanzar un programa de recolección diferenciada en Don Bosco y Bernal pero sólo duró una semana, ya que por esa época comenzaban los problemas con los camiones de la recolección.

En palabras de Brenda Correa, al respecto expresó que “ese programa funcionó una semana por la problemática del estado de los camiones de la recolección de los residuos ordinarios y no había condiciones para hacerlo. Fue una decisión que excedió a Federico Alberto sino que desde una jerarquía superior suspendieron el programa, debido a que no se podía garantizar la recolección ordinaria de los residuos domiciliarios”. El funcionario de Servicios Públicos era el cuestionado Sergio Chomyszyn, de quien se desconoce su paradero luego de su renuncia en diciembre del año pasado.

Otro de los programas mal implementados de la gestión fueron los Eco Puntos, que eran conteiners ubicados en plazas renovadas inauguradas en 2017, que la constructora comprometió a instalar pero que nunca funcionaron, sino para albergar gente y todo tipo de basura. “Fueron instalados por la constructora que ganó la licitación de la plaza pero no tuvo participación del área ambiental y nunca tuvo la comunicación correcta con el área para que funcione. En mi gestión los retiramos y nos queda el de La Matera que está en muy malas condiciones y no pudimos desmontarlo todavía. Pero lo vamos a recuperar  y poner en condiciones”, expresó Correa.

Puntos Verdes

Las garitas colocadas en el casco céntrico de la ciudad (Pza. San Martín, Pza. Conesa y Pza. de la Cruz) comenzaron a funcionar el fin de semana pasado. Allí, el Promotor Ambiental recibe residuos diferenciados de martes a sábados de 10 a 18. También brindan asesoramiento. El residuo (cartón, vidrio, plástico) debe estar limpio y seco. Luego, los bolsones son llevados a la cooperativa de Cartoneros de Itatí.

La directora de promoción ambiental afirmó que “los promotores reciben el residuo que está en condiciones y rechazan lo que no corresponde”. Sin embargo, hay trabajadores que estuvieron en las garitas que eran obligados a recibir la basura ordinaria domiciliaria, donde en algunos casos tuvieron que abrir las bolsas y separar ellos mismos los residuos”. Al respecto, CPB dialogó con trabajadores del área que pidieron mantener en reserva su identidad y denunciaron maltrato, por parte de la directora Brenda Correa. Dicen que utiliza su confianza con el intendente para ejercerlo.

Desde la dirección ambiental creen que la colocación de “campanas” (que son enrejados donde se deposita el residuo separado en origen) en varios puntos de la ciudad junto a los Puntos Verdes, contribuirán a mejorar la calidad de vida. La premisa es loable pero el punto en cuestión es, si una política de tan bajo impacto, como lo son tres puntos verdes en el casco céntrico de la ciudad donde habitan casi 800 mil habitantes, puede perdurar en el tiempo. Por otra parte, Correa entiende que “el plan estratégico que tenemos es barrio a barrio hasta cubrir todo el distrito. En ese sentido, los comedores escolares, las escuelas y otras entidades abordan desde la educación la problemática. “Es nuestra responsabilidad no ensuciar tanto la ciudad, además del compromiso del municipio de la recolección”, expresó la directora.

Al preguntarle sobre la articulación con otras áreas, Correa afirmó que “la coordinación esta y cada uno tiene que hacer su parte”. En este sentido, el GIRSU (Gestión Integral de Residuos Sólidos Urbanos) es quien se ocupa de la recolección de la basura domiciliaria, la cual empeoró desde que asumió el gobierno de Cambiemos. Una de las evidencias fue el verano de 2018, donde la ciudad fue noticia por los basurales en los arroyos y diferentes puntos  la ciudad. El motivo de esa situación responde al desguace de taller para los camiones y la falta de mantenimiento de los mismos. Sumado a los malos manejos administrativos entre el gobierno y el sindicato de trabajadores municipales (STMQ), donde fueron denunciados en más de una ocasión en el concejo deliberante.

El intendente Martiniano Molina insiste en las campañas marketineras y apunta todo al casco urbano para lograr mantenerse en el poder durante cuatro años más. Sin embargo, la situación económica no acompaña a una gestión que no puede encontrar soluciones que le permitan capitalizar políticamente los esfuerzos implementados. El problema de la basura no puede resolverse si la corrupción y una  gestión planificada desde La Plata o la CABA, no hacen pie en la realidad de los y las quilmeñas.