Paso a paso

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En algún sentido, debemos coincidir, es cierto que son todos iguales. Las organizaciones no gubernamentales, mejor conocidas como ONGs, hacen tanta política como cualquier político de carrera, de fuste o abiertamente tránsfuga.
Las asociaciones civiles hacen política tanto como cualquier candidato a consejero escolar. Los medios de comunicación hacen (hacemos, ejem) tanta o más política que cualquier hijo de vecina que sale a repartir volantes, plataformas y boletas partidarias. También hay otras formas de hacer política que son las que tienen que ver con la deslegitimación, con el descreimiento y con el «son todos iguales».
Estas formas, al contrario de las primeras, son quizás las que hoy en día cuentan con mayor prensa. Analistas, expertos, politólogos de cartón dedican horas, líneas y párrafos a enumerar el gasto que significa poner en marcha el sistema PASO.
El desaliento permanente a la participación sólo puede arrojar un saldo negativo que beneficia a los que quieren que todo siga igual. Alto ahí.
Por esta semana consideramos que ya es suficiente. De política no vamos a hablar porque política hacemos todos al caminar.