Martiniano Molina, un futuro sin futuro político

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Luego de perder las elecciones de 2019 el exintendente, Martiniano Molina, dejó su espacio en Quilmes y no se lo volvió a ver en el ambiente de la política doméstica. Ni siquiera hubo reportajes ante la prensa a cerca de su paso por la Municipalidad. El outsider macrista se calzó el delantal y se fue para CABA.

Lo cierto es que la agenda de Molina se desplazó hacia las redes sociales con posteos de ambiente, encuentros y visitas con dirigentes ultraopositores, convocatorias contra el gobierno y con el «intendente» porteño, Horacio Rodríguez Larreta, quien lo llamó para que cocine en un Parque temático en Mataderos. ¿Qué hay de malo en irse a otras tierras, no? La exgobernadora, María Eugenia Vidal, hace lo mismo cuando quiere candidatearse en la legislatura porteña y alejarse de Buenos Aires, pocos quieren jugar en «la madre de todas las batallas».

Un pasado no tan pesado

Vidal fue quien presentó al cocinero de la televisión y jugador de handball con buena imagen ante Mauricio Macri en 2015, armaba así un proyecto neoliberal que pudiera vencer al peronismo desde el conurbano. Pero cuando parecía lograrlo, cuatro años más tarde se encontró con una realidad, no fue reelecto en su distrito. Y la ex gobernadora no quiere perder en una provincia que ya no maneja, sino ganar en CABA.

Hoy en la oposición bonaerense busca rearmarse bajo la conducción en disputa entre Jorge Macri (intendente de Vicente López), Néstor Grindetti (Jefe Comunal de Lanús) y, recientemente, se metió en la arena Diego Santilli (vicejefe de gobierno porteño). Martiniano ya se ha reunido en reiteradas ocasiones con Grindetti, quien se encarga del armado en la Tercera Sección del Conurbano bonaerense.

No obstante, «el cocinero» no tiene pie en Quilmes, ya que sus propios lo abandonaron. La concejala María Sotolano se fue con Jorge Macri; Juan Bernasconi, ex presidente del Honorable Concejo Deliberante «coquetea» con Emilio Monzó, al igual que los ediles Damián Castro y Facundo Maisú; y los otros espacios apartados de la coalición buscan la alianza de Santilli para tener un nicho en Quilmes y poder competir en 2023.

Martiniano quiso disputar una última batalla en la Unión Cívica Radical de Quilmes a favor de la lista de Maximiliano Abad, pero la fórmula fue derrotada por el representante de Gustavo Posse, Ricardo Cerna, con 3.895 votos contra los 2.174 de su contrincante. Nuevamente perdió la chance de revitalizar su imagen con esta derrota.

Raspando el fondo de la olla…

A Molina le quedó el ex secretario de la Agencia de Fiscalización y Control, Ignacio Chido, quien hoy ocupa una banca como concejal y buscará renovar este año. Recordemos que Chido fue candidato en las legislativas de Quilmes en 2017 y asumió en agosto de 2019 luego de la derrota en la PASO (Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias), con el pedido de licencia de Guillermo Galetto para intentar salvar la caída de Martiniano. Esta ala del molinismo surgió luego de la estrepitosa derrota del exintendente de Macri en Quilmes. Sus ediles se dividieron, hay quienes (pocos) creen en Molina y quienes prefieren separarlo del escenario político, aunque después se junten interna mediante.

Mirar hacia el futuro es no mirar al pasado, un futuro sin Macri

Pese a los amagues, la oposición de Juntos por el Cambio en Quilmes tiene en vistas competir por el liderazgo y, de última, dirimir las diferencias en las PASO. Mientras tanto, Molina busca reflotar sus aspiraciones, hasta ahora por una negativa a encabezar la lista de concejales local. Recientemente presentó un libro vía zoom e invitó de forma presencial al ex candidato presidencial de Macri en 2019, Miguel Ángel Pichetto.

A Martiniano le queda alejarse de la prensa, estar expectante ante su partido, ya no es quién decide, el poder no le pertenece (y sino, fíjense dónde se posiciona Molina en las fotos grupales). Lo seguro es que estará al pie del cañón de Rodríguez Larreta y, a la vez, volverá a alejarse de Macri, como sucedió en 2019 cuando llamó a cortar boleta por él y a favor de la fórmula Fernández-Fernández.