El Banco Central ya logró transformar en reservas el 40% de los dólares que pudo comprar en el año

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Luego del cimbronazo cambiario de mediados de septiembre y buena parte de octubre del año pasado, se lograron estabilizar los niveles de brecha cambiaria, frenando paulatinamente la volatilidad y las expectativas a una fuerte devaluación sobre el tipo de cambio oficial que varios agentes económicos apostaron.

Uno de los factores que permitió una menor presión sobre los tipos de cambios fue el financiamiento neto positivo a través del mercado de capitales que está logrando el gobierno desde hace varios meses (luego de recomponer el default de los bonos en pesos generado en septiembre 2019 por el “re-perfilamiento” del exministro Lacunza), ya que permite reducir la emisión monetaria (de hecho, en enero y febrero del año 2021 la asistencia al Tesoro por parte del BCRA fue nula).

La máxima autoridad monetaria durante el mes de mayo continuó acumulando reservas internacionales consolidando la tendencia iniciada en diciembre del año pasado. Asimismo, prosigue la estabilidad en torno a los depósitos en dólares, que desde noviembre presentan una relativa buena performance.
La necesidad y urgencia de financiamiento por los gastos extraordinarios impuestos por la pandemia del covid-19 durante el 2020, implicaron que en casi su totalidad se hayan financiado a través de la emisión monetaria. Esto fue así porque, por un lado, la caída de los ingresos estatales por el desplome de la recaudación tributaria redujo fuertemente el canal tributario para financiar gastos, y por el otro, el cierre de financiamiento externo por el default heredado y la re-negociación con los bonistas privados en el medio, por lo que anuló el canal del endeudamiento externo para financiar dichos gastos. Por ende, el canal de financiamiento fue únicamente la emisión monetaria.

A medida que se fue recuperando la recaudación tributaria y al trabajo del gobierno nacional en la reconstrucción del mercado de capitales local (luego del default en pesos realizado a través de “reperfilamiento” de vencimientos en septiembre 2019 por la administración anterior), gradualmente fue reduciéndose el financiamiento vía emisión. La posibilidad de incrementar el financiamiento del Tesoro a través del mercado de capitales local (emitiendo bonos) viene reduciendo la necesidad de asistencia al Tesoro por parte del BCRA, por lo que la monetización del déficit comenzó a reducirse.
Desde diciembre, las reservas internacionales (RR.II.) mostraron una tendencia sostenida al alza, presentando una dinámica positiva en gran parte de los días hábiles. La gran disminución de reservas sucedió entre agosto y noviembre, con un saldo negativo de US$ 3.468 millones. En cambio, para el periodo diciembre-abril 2021, repuntaron US$ 1.157 millones. Sin embargo, queda mucho por recuperar desde la caída abrupta que se dio desde julio del 2020.

La estabilización de las reservas fue resultado del ordenamiento en las variables macroeconómicas que permitieron moderar las expectativas devaluatorias, como así también la relativa estabilización en las brechas entre el tipo de cambio oficial y paralelo (blue). De igual modo, el ministerio de desarrollo proyecta un crecimiento de las ventas en el exterior por US$ 70.000 millones, lo que seguramente marcará la evolución de las reservas.
La posibilidad de incrementar el financiamiento del Tesoro a través del mercado de capitales local (emitiendo bonos) viene reduciendo la necesidad de asistencia al Tesoro por parte del BCRA, por lo que la monetización del déficit comenzó a reducirse. Incluso, en octubre hubo devolución de adelantos transitorios por parte del Tesoro en $95.780 millones.

Si bien, en diciembre hubo asistencia del BCRA por $254.982 millones (producto de las necesidades por el nivel de gasto que implica dicho mes), la misma fue menor a la realizada en diciembre 2019. Enero y febrero del año 2021 comenzó sin asistencia por parte del BCRA (al igual que enero 2020). Sin embargo, en marzo la asistencia del BCRA ascendió a $135.000 millones, la misma no se vio reflejada en la expansión de la base monetaria, porque una parte importante se destinó a la compra de dólares para hacer frente a los pagos de la deuda pública.

Por su parte, en abril la asistencia al Tesoro nacional alcanzó los $55.000 millones. Las intenciones del gobierno de cara a 2021 son reducir la necesidad de financiamiento vía asistencia del BCRA, por dos canales: en primer lugar, dándole un rol cada vez más protagónico al mercado de capitales local, que viene desde el segundo semestre aceptando de manera positiva las colocaciones del Tesoro y, en segundo lugar, consiguiendo mayor financiamiento externo a través de organismos multilaterales (Banco Mundial, BID, etc.), que suelen brindar créditos accesibles para inversiones en infraestructura y distintos programas productivos. Esto puede permitir, de conseguirse, menores grados de monetización del déficit que en 2020.