En 11 de los 12 meses del 2020, la inflación fue menor a la del 2019

0
184

Durante la gestión anterior, el promedio anual de la tasa de inflación se elevó al 42%, mientras se venía de un promedio del 29% entre 2012-2015. Además, en los últimos dos años, a partir de la crisis de sobre-endeudamiento y las sucesivas devaluaciones del tipo de cambio oficial, la inflación fue incrementándose, siendo al cierre del 2018 de 47,6% y del 2019 de 53,8% interanual.

Por ende, es para destacar que en 2020 se va a lograr una reducción de aproximadamente 18,4 puntos porcentuales en materia de inflación en relación a 2019, dado que la tasa de inflación interanual cerrará en torno al 35,5% (suponiendo 3,5% de inflación inter-mensual en diciembre).
El gobierno actual asumió con un piso inflacionario alto, una crisis producto del sobre-endeudamiento externo y consecuente default, un acuerdo con el FMI gigantesco que se encuentra en pleno proceso de re-negociación y a los tres meses apareció un shock sin precedentes en la historia global como lo es la pandemia del covid-19. La gran mayoría del gasto extra-ordinario producto del covid-19 (más del 7% del PBI) se financió con emisión monetaria, única herramienta disponible (en un contexto en que la recaudación se desplomó entre abril y junio). La emisión tiene impacto en la inflación a través del tipo de cambio, dado que en nuestro país y sumado al contexto de mayor incertidumbre, una parte del excedente de liquidez volcado va hacia la demanda de dólares, que en este caso se cristaliza en los tipos de cambio paralelos (mep, ccl e ilegal/blue) producto del ultra-cepo cambiario (el aumento de la brecha cambiaria presiona por devaluación y aumenta los grados de especulación en ciertos sectores fijadores de precios, como ocurrió en los últimos meses a partir de la mayor presión cambiaria).

Aun así, en este contexto sumamente complejo, la administración actual logró reducir la inflación interanual en relación a 2019 y 2018. Si bien los datos de diciembre se publicarán a mediados de enero del 2021, todo hace indicar que la inflación cerrará 2020 en torno al 34,8%-35,5%, reduciéndose casi 20 puntos en relación a diciembre 2019. El desafío será administrar la puja distributiva que se viene para 2021, mientras paulatinamente se supera la pandemia (a medida que las vacunas lo permitan) y se sigue administrando el tipo de cambio oficial, sin que se desalinee de la inflación. Sin duda evitar una disparada de devaluación y precios es el principal desafío en materia inflacionaria para 2021, en un contexto en que se recalentó la economía producto de la mayor actividad y el aumento de la brecha cambiaria.
Si comparamos la dinámica de la inflación mensual entre 2020 y 2019, solo un mes del 2020 (octubre) superó al mismo mes del 2019 (3,8% vs 3,3%), mientras que, en el resto de los meses, 2019 presentó tasas mensuales más altas (y todo indica que en diciembre ocurrirá lo mismo).

Si comparamos los últimos 4 años, en 2020 la tasa de inflación interanual de diciembre será de 18,4% menos que en 2019 y 12,2% menos que en 2018, mientras que se va a ubicar un 10,7% por encima que el cierre de 2017. 
En la última gestión, el promedio de la inflación anual se elevó 13 puntos en relación a lo que fue el periodo 2012-2015. Mientras que durante la última gestión del kirchnerismo el promedio de la tasa de inflación fue en torno al 29% anual, durante el gobierno de la alianza Cambiemos el promedio anual terminó en torno al 42%, finalizando el mandato con la tasa interanual de inflación más alta desde 1991, siendo de 53,8% en diciembre del 2019.

Si bien las explicaciones de la inflación son multicausales, en Argentina la evidencia muestra que el principal canal de traslado a los precios es el tipo de cambio. En un país que es bi-monetario, con crisis financieras recurrentes, inflación crónica moderada y alta, es razonable que el peso no funcione como reservorio de valor del ahorro de las familias y empresas, y que el sustituto sea el dólar. Además, dado que una parte importante de los bienes de capital para producir en las industrias son importados, las presiones extra que se generan en el tipo de cambio por las demandas de divisas para ahorrar repercuten finalmente en la economía real, dado que ante devaluaciones se encarecen los insumos importados y esto se traslada precios. En definitiva, el canal del tipo de cambio, con sus ramificaciones, es el de mayor impacto inflacionario.