Los precios responden al comportamiento de los compradores en el mercado, del mismo modo que el IPC a través de la demanda, dónde se expresan sus gustos e intereses. La variable del mes abril sorprendió con el 1.5% de inflación.
El Índice de Precios al Consumidor (IPC) reveló una leve suba del 1.5 por ciento con respecto al mes anterior. Las medidas del gobierno y la economía en medio de la pandemia fueron los elementos que arrojaron este resultado.
Los pagos de salarios y programas sociales fueron la inyección que permite a los usuarios consumir en medio de la cuarentena. Aún así los alimentos y bebidas registraron una suba del 3,2%. El control en los precios más el congelamiento de los servicios (que se conoce como salario indirecto, ya que ese gasto se destina a otros pagos) retrajeron los aumentos.
Por otro lado hubo congelamiento de precios que fueron eficaces como el pan de mesa, aceite de girasol, queso sardo, vino, yerba y detergente líquido. Además el precio en los lácteos cayeron un 1 por ciento.
La inflación de abril del 1.5% se ubica en la más baja respecto al 1.4 por ciento de noviembre de 2017. Un registro que no se veía desde el gobierno de Cambiemos que subió año tras año la suba de los precios según registraba el INDEC.