Gobierno adicto

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La gestión de Martiniano Molina puso en agenda la prevención de adicciones el año pasado con el Primer Congreso Internacional sobre la problemática.  Hace pocos días el intendente dijo que “es importante darle a los jóvenes las herramientas para que salgan adelante” y remarcó el refuerzo en los dispositivos de asistencia y prevención implementados en su distrito. Pero las estadísticas nacionales y provinciales, públicas y privadas, en torno a la problemática encendieron la alarma: cada vez más menores consumen paco. Y los vecinos de Los Eucaliptus de Quilmes oeste la ponen en rojo: en un barrio lleno de chicos en la calle consumiendo, el Estado lejos está de aplicar políticas de prevención.

Es un problema es complejo y no puede resolverse en exposiciones, pero quizás sea hora de preguntarnos qué es lo que lleva a la juventud o a las personas a evadirse de la realidad.  Quizás, la gallina no sea el huevo y estamos armando un gallinero lleno de rejas (y balas) a una cuestión que tiene que ver con el respeto a las libertades individuales, donde el Estado garantice derechos humanos para todos. Quizás, los gobiernos (nacionales, provinciales y locales) también necesiten prevenir y curar sus propias adicciones.

*editorial publicada en Semanario CPB el 30/03/2017