Esta semana el ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, ratificó al intendente Martiniano Molina que habilitarán 22 kilómetros de nuevo pavimento de calles y avenidas en la traza urbana. Mientras tanto, el reclamo principal de los barrios más afectados sigue sin ser oído: desocupación, hambre y obras que eviten las inundaciones.
A pesar de la crisis económica, con un dólar que volvió a disparar y a quedar en los 25 pesos este lunes, y de los anuncios desde Nación de un ajuste en la obra pública, desde Nación decidieron tirarle un «flota flota» a Molina. Tanto temporal, además de tragedia para cientos de vecinxs, también trae aparejada la evidencia de un Quilmes hundido en el olvido y en el maquillaje de obras céntricas.
De todas formas, las obras que Dietrich vino a ratificarle a Molina tienen que ver con más pavimento, veredas, refugios de transporte público, semáforos y señalización de cruces seguros. El Intendente señaló que “continuamos haciendo las obras que todos los quilmeños esperaron por muchos años”. Pero en los barrios periféricos, donde también hay quilmeñxs desocupados, reconstruyendo sus casas destruídas por las inundaciones de cada lluvia, donde los comedores barriales no dan abasto, siguen esperando. A pesar de esto, el ministro sostuvo: “Todo lo que hacemos, lo hacemos para que, cada día, los argentinos vivamos mejor» y que «tener calles en buen estado es más dignidad y más calidad de vida para los vecinos del conurbano bonaerense”.