Las desmarcadas de ayer y hoy: mujeres de la medicina argentina

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Cecilia Grierson fue la primera médica argentina, graduándose el 2 de julio de 1889 en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad de Buenos Aires

Por Elizabeth Barbis*

Nuestro país ha dado ilustres profesionales de la medicina, cualquiera podría nombrar -sin repetir y sin soplar- a Leloir, Houssay, Mazza, Carrillo o Favaloro, y aunque hemos dado grandes pasos en pequeños espacios compartidos; los desafío a nombrar médicas ilustres. Algunas, al menos,  de esas extraordinarias mujeres que desafiaron los obstáculos de su época vinculados al género y con pena y sin gloria, delinearon una ruta que tantos años después intenta consolidarse.

Cecilia Grierson, primera médica argentina en 1889, a quien la precedió Elida Passo, que no logró concluir la carrera (vedada a las mujeres hasta ese momento) porque la tuberculosis terminó con su vida.

Julieta Lanteri, quinta médica argentina y primera mujer que se presentó a votar en 1911 (40 años antes de la ley del sufragio femenino) enfrentado una legislación que  “nada decía sobre el sexo del votante”; desafiante profesional a quién el presidente de mesa, saludó y se felicitó “por ser el firmante del documento del primer sufragio de una mujer en el país y en Sudamérica”, episodio que alarmó al Concejo Deliberante porteño, que prontamente sancionó una ordenanza donde especificaba que el empadronamiento se basaba en el registro del servicio militar – y por consiguiente- excluía a las mujeres.

Ella [Lanteri],  se presenta entonces ante  los Registros militares de la Capital Federal, para solicitar ser enrolada y aunque es rechazada, la posiciona en el cuadro de honor de la lucha por los derechos civiles de las mujeres argentinas.

 

Grieson y Lanteri, Elvira del Carmen Rawson Guiñazú y años después Alicia Moreau pertenecieron durante más de 40 años a las únicas médicas argentinas y  fundaron los primeros movimientos feministas de fines del siglo XIX y principios del siglo XX.

Alicia Moreau de Justo fue una de las seis mujeres que se inscribieron por primera vez para estudiar medicina en Argentina.

En la Argentina de hoy, cerca de un 65% de la población estudiantil de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, son mujeres.

Décadas después de aquellas pioneras, se sigue cobrando menos que el hombre incluso en las profesionales liberales; se divorcian con mas frecuencia que los hombres,  vinculado a las jornadas extensas de trabajo. Estudios recientes en Universidades Norteamericanas proponen adquirir créditos en horas de dedicación profesional,   para poder dedicarle ese tiempo al trabajo doméstico.

Resistimos aún cuando los rectorados y decanatos en la educación superior, los cargos jerárquicos en Ministerios y los empleos de dedicación exclusiva no sean equiparables para el género; hubo y hay activistas de la salud pública y defensoras de los derechos de las mujeres en ese campo.

Una de ellas, cuyo rol en el diseño de políticas públicas recibió felicitaciones del mundo académico y de las agencias internacionales, fue clave para las organizaciones de género en la lucha por una mejor atención a las jóvenes pobres embarazadas y las que decidieron abortar en la provincia de Santa Fe. Esa médica argentina que la organización “Médicos del Mundo” publicó sus condolencias ante el fallecimiento en noviembre del 2012 fue la compañera Débora Ferrandini,  “una de las más destacadas referentes y militantes del campo de la medicina social y salud colectiva de la República Argentina”.

A todas ellas, en quienes nos vemos expresadas, a las que cuidan por vocación y por rol social que sumaron a su profesión un incansable compromiso ciudadano, les agradecemos sobre todo,  haber “corrido” la marca.

*Médica sanitarista – Docente universitaria