Por Elizabeth Barbis
Hablemos a favor de la vida…¿quien podría estar en contra de la vida?
Cómo hablar de la vida y no abordar un aspecto tan sensible respecto de la vida y las mujeres como lo es el tema del aborto.
Quisiera que juntos nos imagináramos a dos jóvenes mujeres, muy diferentes entre si, que hasta podríamos ponerles un nombre e imaginar su casa, su vestimenta, su manera de pensar, su escuela, sus amigas.
Una de ellas, llamémosla Victoria, quedó embarazada, ni quiso ni quiere, solo pasó… consulta entre sus amistades mas cercanas, hacen algunas llamadas, visitan algún profesional de confianza y por unos 10.000 pesos, acude a un lugar en donde algún profesional, le dan el tratamiento buscado.
A las pocas horas vuelve a su casa, solo ella puede conocer que siente ese y otros días posteriores.
La otra de estas jovencitas, la llamaremos Eva, está embarazada, no quiso ni quiere… solo pasó. Acude a la salita y le dan turno para la próxima semana, cuando los análisis le dan la confirmación, habla con sus amigas, una tía y hasta una vecina. Le dicen que puede costar unos 500 pesos (que no tiene) pero en unas semanas puede juntar y que luego, vea a Doña Cata en el segundo pasillo del barrio, la tercera casa.
A la media hora esta en su casa, solo ella conoce que se siente ese día. A los 3 días, Eva es internada en el Hospital a causa de una infección.
¿Cual fue la diferencia? ¿El recurso económico? ¿La educación? ¿La información?
El contraste lo origina la presencia del Estado, un Estado que debe garantizar el derecho a la salud, la de Victoria y sobre todo la de Eva por mayor vulnerabilidad.
En America Latina, solo 5 de los 34 países que la conforman tienen legislación a favor del aborto. Con la despenalización del aborto en el 2012 Uruguay, ascendió al ser el segundo país del continente (detrás de Canadá) con menor mortalidad de mujeres por esta causa.
En Argentina, en el año 2015, murieron 55 mujeres (el 35% de todas las muertes maternas de causa directa) producto de las complicaciones del aborto clandestino en condiciones sanitarias inseguras.
Imaginemos nuevamente 55 mujeres, hijas de alguien, hermanas, novias, madres.
La despenalización no promueve el aborto, solo resguarda (a que quienes tienen la decisión tomada) de realizarlo en un ámbito seguro y gratuito.
No hay muerte más evitable que la producida por el aborto clandestino. Estar a favor de la despenalización, es estar a favor de la vida.
Elizabeth Barbis, médica sanitarista.
Docente Universitaria UNLP-UNAJ