7 años, mucha política

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Por Elizabeth Barbis
Dicen que la muerte mejora nuestras nociones de las personas. Era espontáneo y desopilante, testigo de actos donde el tipo se bajaba del escenario y literalmente se zambullía entre la gente, dejando en pánico a sus custodios. Pocas veces, se tiene la oportunidad de ver a personalidades políticas disfrutar de rodearse del “populacho” cuerpo a cuerpo (excepto en  campaña).
Tenía pasión y la contagiaba; sus discursos estremecían, igualando la dimensión del cierre de campaña de Raúl, cuando la Patria era una fiesta.
Las recetas neo-liberales nos hacían creer que los políticos eran los que «podían» y no los que «debían», conducir los destinos del país.
Los titulares te vendían ideas, sin dejarte ver que detrás, solo había intereses individuales.
La esperanza fugaz de la Alianza y nuevamente la decepción, reforzando que la política como herramienta de decisiones colectivas, estaba en absoluta e irremediable decadencia.
Sumidos en el escepticismo, se asistía a los acontecimientos,  anestesiados. La realidad de los barrios, nos ponía de cara a las necesidades y a la miseria extrema que sufrían esos «otros argentinos» que no tenían salida alguna si no recurrían a las redes sociales de la comunidad, porque el Estado los ignoraba.
La brecha, no tenía piso ni techo, porque los pobres eran más pobres de lo tolerable y los ricos, más ricos de lo posible.
No conocía a Néstor antes del 2003. Voté en contra que lo que «no quería» y presencié rápidamente el cambio, hubo un renacimiento (con reservas) de la confianza. Pronto, la política resultó cercana, posible, alcanzable, un verdadero instrumento de cambio y participación.
Néstor. El de la generación diezmada, el que pidió perdón a las madres y abuelas en nombre del Estado nacional por haber callado atrocidades durante 20 años; el que le dijo al FMI que los muertos no pagan, ese.
Tenía convicciones que llevaba puestas tan pertinazmente como sus mocasines y su traje cruzado desprendido; había soñado con cambiar la realidad (como tantos otros) solo que él tuvo el coraje de desafiar los obstáculos.
Así lo recuerdo…como en esta foto.