En diciembre del año pasado el gobierno nacional cerró un acuerdo con empresas China para adquirir casas prefabricadas, así quedó cerrada la importación de las primeras 15.000 casas.
Las prefabricadas asiáticas serán implementadas en planes de vivienda social nacional, ante este acuerdo se encendieron las alarmas del gremio de la construcción, uno de los más afectados por las políticas económicas implementadas por el gobierno de Mauricio Macri.
Los ladrilleros y madereros son los sectores más perjudicados con el acuerdo, se trata de un negocio multimillonario para unos pocos, porque solo beneficia a las empresas transnacionales, importadores y el transporte marítimo, pero atenta contra el trabajo argentino.
En paralelo hay casi concretadas compras de las mismas prefabricadas por parte de provincias como Mendoza y Misiones.
Se trata de casas básicas, ensamblables y de unos 60 m2. El paquete de casas llegará en dos tramos. El alcance del acuerdo quedara sellado cuando el presidente Mauricio Macri se reúna en mayo con su par chino, Xi Jinping, en una visita que incluirá Beijing.
Este negocio es un viejo objetivo de Macri. Lo reconoció el mandatario a su vuelta de la reunión del G-20 el año pasado, cuando mencionó encuentros con la firma Sany, una de las fabricantes de estas casas.