Entrevista con Débora Schneider, directora de la Escuela Secundaria Técnica de la UNQ

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Su creación fue en la gestión anterior y está inmersa en la zona oeste del distrito. Rodeada de calles de barro, se hace fuerte y valorada por sus vecines. A ella también la abrazó la comunidad.

 

La Escuela Secundaria Técnica de la UNQ se encuentra en Ezpeleta oeste, parte del Quilmes profundo y olvidado. Sin ir más lejos, en la actualidad la zona sufre cortes constantes de luz. Sin embargo, esas fueron las razones que dieron origen a la construcción de una escuela técnica en la zona. Débora Schneider es la directora y trabaja allí desde sus inicios, hace 5 años. “Éste año vamos a tener nuestros primeros egresados”, cuenta entusiasmada Débora, porque la cursada son seis años y es turno completo.

El establecimiento cuenta con 400 estudiantes y a la hora de inscribirse, superan 4 veces el cupo, porque es muy valorada y requerida por la comunidad. Algo tiene que ver el hecho que en la institución se brinda desayuno, almuerzo y merienda y todo es sostenido desde la UNQ. En ese sentido, Schneider entiende que “no se puede sostener una escuela con salarios docentes y mucho menos si esos salarios están atrasados respecto a la inflación que vivimos a diario”.

“En éste contexto no queda otra que salir a luchar, protestar y defender lo que creemos que es justo, no sólo para los docentes sino, fundamentalmente, para los estudiantes que concurren a la escuela porque ellos son el futuro”, afirma la directora de una de las escuelas que ha cambiado el destino de toda una comunidad.

Débora Schneider

Cabe destacar que la decisión de construir una escuela en esa zona del distrito está vinculado a las definiciones en políticas educativas. Al respecto, Débora entiende que “el proyecto de la creación de la escuela fue de la gestión anterior y el objetivo era crear una escuela en un contexto donde las necesidades educativas sean muchas y variadas”.

Las escuelas técnicas son pocas en la ciudad y eso las hace valoradas, ya que desarrollan conocimientos que abren puentes con diferentes profesiones y oficios. Por último, la directora concluye que “venimos trabajando con muchas escuelas y compartiendo nuestro modelo educativo. Por eso, no estamos dispuestos a retroceder en esta búsqueda de una escuela de inclusión con calidad porque sería la pérdida absoluta de sentido. Sabemos que para eso se necesitan recursos y es obligación del Estado de proveerlos”.